No os asustéis, que no voy a hablaros de que la noche me confunde, de que llevo varias noches sin dormir (que también) o de los peligros de la noche. Quiero presentaros mi nuevo experimento. Un collar que he hecho para mi uso y disfrute, para un modelito informal que tengo con rayas grises y dibujos en azul oscuro. Por eso el collar debía llevar los dos colores. Rebuscando entre las piezas que tenía, rescate unos círculos de madre perla que estaban olvidados en un cajón desde hacia tiempo y pensé combinarlos con mis imprescindibles bolas facetadas en azul y gris. El color azul de las bolas es absolutamente maravilloso, oscuro y translúcido…el azul del cielo en una noche de verano. Quería, como casi siempre, que el collar fuera asimétrico y que tuviera distintos motivos con algún elemento en común que se repitiera en todos ellos. El elemento común: las bolas azules facetadas, combinadas de distinta forma. El collar tiene tres partes: bolas azules-discos de madre perla gris/bolas azules-bolas grises no facetadas alternas/bolas azules-bolas grises facetadas en grupos de tres. He prescindido de las cadenas y la estructura se sostiene sobre cintas de raso en los dos tonos del collar, terminando en un lazo sobre uno de los lados. Una imagen vale más que mil palabras…aunque para nada en la foto se aprecia el color azul de las bolas (espero tener fotos buenas en breve!).
¿Qué os parece?. Fue laborioso el proceso creativo, pero creo que al final quedo cómo yo quería. Si fue complicado que todo encajara en el collar, fue facilísimo ponerle un nombre. Nada más terminarlo me vino a la cabeza una noche de luna llena cuajada de estrellas brillando. Por eso el collar se llama… “LA NUIT”. Tendré que hacer un collar “LE JOUR” complementario. Habrá que seguir trabajando en esta idea.
Por cierto, después de contaros el viernes mis ganas de disfrutar de este fin de semana he de decir que las expectativas se superaron. Ha sido un weekend de verdad. Así que hoy no vuelvo con cara de lunes porque traigo las pilas cargadas. Tiembla semana que vengo con energías renovadas!.Voy a poneros una fotito que resume muy bien una parte de mi fin de semana y así de paso conoceis a mis dos mejores creaciones.
Creo que no podía haber encontrado un mejor acompañamiento musical. Esta escena de Los chicos del Coro me encanta y no sólo por la música sino sobre todo por la cara de Pierre Morhange al final. Es como la cara de mis hijos cuando les damos un achuchón de reconciliación después de un castigo… Es una mirada de alivio, de arrepentimiento, de cariño… pero sobre todo de infinita gratitud. Es un momento plácido, el momento de la calma después de la tempestad.
lunes, 24 de noviembre de 2008
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1 comentario:
Precioso collar y preciosos niños. Las asimetrías son arriesgadas, pero tanto en este modelo como en el que has llamado Sonata de Otoño aportan movimiento y gracia sin caer en alborotos informales. Enhorabuena y ¡queremos ver más!
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