Este fin de semana he encontrado el ratito de rélax que necesitaba para poder leer el número de la revista Elle...del mes pasado.Como venía con el extra de moda y un extra de decoración no había tenido tiempo de sentarme tranquilamente a “destrozarlo” de principio a fin , que es lo que me gusta hacer siempre que recibo la revista.
De entre las muchas cosas interesantes con las que me encontré, quería compartir tres con vosotros.La primera: El fucsia contrataca. Arrasará este verano: ojos, uñas, pómulos,labios…después de lo que os enseñé el viernes comprenderéis que me dió mucha alegría leer esto.
La segunda, un anuncio de Dolce y Gabbana que me inspiró tanto que ya tengo experimentos en marcha que veréis prontito. Tela marinera y no digo más, pero si entráis en su página creo que con esta pista es fácil encontrarse de frente con mi inspiración.
La tercera, el manifiesto “Elle”. No me gusta comentar estos temas en el blog, porque implican posiciomarme y pueden llevarme a enseñar reflexiones muy mías. Pero hoy me apetece porque valoro mucho lo que podáis pensar quienes estáis al otro lado y porque este blog es ya tan importante para mí que no creo que nada le sea ajeno. En una primera lectura rápida del manifiesto pensé: "Ya estamos, reivindicaciones de mujeres". Espero que se me entienda. Hay veces en que al leer reivindicaciones de "mujeres" me asaltan sentimientos contradictorios. Por supuesto no estoy en contra de estas reivindicaciones, cómo voy a estarlo!. No es que me invada un sentimiento insolidario,que eso que dicen de que las mujeres somos las peores enemigas de nosotras mismas es un cuento chino. No van por ahí los tiros.Lo que me molesta es el victimismo. Lo que me molesta es que se radicalicen los planteamientos y se haga leña del árbol caído. El choque que me supuso la primera lectura del manifiesto Elle, creo que venía de mi propia vergüenza al tener que exigir todavía igualdad entre hombres y mujeres. A estas alturas tengo la sensación de que estas cosas no hacen sino enfatizar las diferencias y crearnos una imagen de víctimas que no nos favorece ni nos corresponde. Es como si se le restara normalidad, porque yo me desenvuelvo en un ambiente “normal”, donde creo que esto ya está superado. Pero claro, es que yo soy yo y mis circunstancias.
Puede ser que viva en una “burbuja ideal-igualitaria” en la que nunca me he sentido discriminado por mi condición de mujer. Al contrario, todos los días me siento la más afortunada del mundo por ser mujer trabajadora, mamá, ama de casa, por ser aficionada a las compras y a la moda, por estar pendiente del color de uñas que se llevará esta temporada y de si las faldas se acortan o se alargan...Eso no le resta valor a todas las demás cosas que hago. En casa compartir tareas domésticas consiste en eso, y los repartos se han hecho de forma natural, según la cotidianidad ha ido imponiendo. En los trabajos que he tenido hemos sido siempre mayoritariamente mujeres, con puestos de responsabilidad. Alguno de los jefes que he tenido practicaba incluso discriminación positiva, porque estaba convencido de la mayor constancia y capacidad de sacrificio de las mujeres. Cuando supe que estaba embarazada de mi segundo hijo, llevaba sólo una semana en mi actual trabajo, y lejos de suponer un problema todo fueron facilidades desde el principio (y todavía lo son). A pesar de mi situación de "privilegio", admito que hay veces en que a hombres de mi entorno, de mi generación o incluso insultantemente más jóvenes, le sale ese machismo rancio que una no sabe ni donde lo han podido aprender. Entonces tengo que contar hasta 100 para no saltarles a la yugular. Y lo que más me asombra es que encuentren sus sumisas medias naranjas…a estas alturas!!!.
Leyendo el manifiesto Elle por segunda vez me dí cuenta de que los 6 puntos que recoge van más allá de las reivindicaciones feministas que exigen igualdad. Ya han sido muchas las conquistas, pero la normalidad todavía no es completa. Hay que respetar siempre y juzgar objetivamente y valorar que somos diferentes. Si ahí está la gracia!. Pero esto se trate de una mujer, de un hombre, de un chino o de una pakistaní. Y no añado más porque creo que aquí está todo dicho. Me adhiero al manifiesto y espero que esté cerca el día en que enseñar el empeine en el suplemento de un periódico o ponerse un esmoquin no sea noticia un día, al siguiente y al otro también.
Y ahora , por favor contádme vosotras y vosotros, que todos tenemos algo que decir.
Os dejo con una mujer "guerrillera" que siempre vivió la vida "a su manera".
lunes, 23 de marzo de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
6 comentarios:
Querida maca no puedo estar màs deacuerdo. Con el tiempo me he dado cuenta de que en este tema hay mucho que "rascar" todavía...
Yo creo que es una cuestión de respecto hacia las personas ... con respecto y cariño todo se solucciona.
Tambien como tú vivo en un entorno en el que se me valora como mujer y como trabajadora...
Me ha gustado muchisímo tú post de hoy.
Viva el rosa!!!
Besos,)
Lina Escalante.
Bueeeeeeeno... me ha encantado esta entrada. Estoy de acuerdo en lo que dices. A veces pienso que hablar tanto de lo mismo, agota, pero estoy de acuerdo en que si no 'defendemos' lo obvio... si, incluso, no hay o existe alguien que lo haga por todas nosotras... la batalla está un poco perdida.
Me fastidia y me irrita tener que luchar por mis derechos, por la igualdad, cuando se (pre)-supone que UNA nace teniéndolos. Me fastidia que, en el entorno laboral, en el que me he movido. Vean que una madre trabajadora es un 'problema', y que encima sean mujeres con cargos importantes las que te hacen la vida 'más que imposible'.
Me da rabia tener que 'inventarme' una excusa para llevar a mi hijo al médico... y así puedo seguir hasta cansarme y quedarme sin aliento.
Yo vivo en un entorno más complicado. Ser madre y periodista, cuesta... e imagino que lo mismo puede pasar en otras profesiones. Y ahora, en un entorno distinto, siendo periodista, pero rodeada del mundo empresarial, las cosas siguen siendo las mismas. Me considero una mujer positiva, pero España, en todo... siempre ha ido retrasada, cultural y socialmente también...
Ya llegará... ese día, ya llegará...
Me uno a Lina... ¡que VIVA EL ROSA!!!!
Muy buena disertación, señora.
Verás, a mi me jode mucho la discriminación positiva, tanto, que a veces me han acusado de machista, cuando te puedo asegurar que no lo soy.
Yo quiero igualdad, no superioridad. No quiero que mi sexo puntue más, ni menos.
Yo tampoco he tenido nunca problemas en mi trabajo por razón de ser mujer, pero si he conocido casos muy cercanos, y es lamentable lo que le puede ocurrir a alguna mujer en el desempeño de su trabajo.
No soy madre, pero como todo mujer, soy ama de casa, jefa de intendencia y gobernanta de mi casa, además de trabajar fuera.
Por cierto, me encanta que te mojes de esta manera y nos hagas partícipes de tus pensamientos.
Yo pienso que siempre se debe tomar partido... a los tibios nadie los recuerda.
Esta entrada da mucho que hablar y que pensar.
La mujer llevamos muchísimas mas cargas que el hombre y por eso no debemos de sentirnos victimas, sino sentirnos mas fuertes, solemos llevar las cargas familiares: niños, maridos, padres(cuando son mayores) o enfermedades(de familiares), la casa, el trabajo, ... a veces es complicado, y además sacamos tiempo para pintarnos la uñas, ir a la peluqueria, ir de compras, leer, ir al gimnasio, cocinar... a veces me sorprendo de la capacidad que tenemos para todo.
Besitos.
Chapeau!!!
I LOVE YOU, BABY!
Publicar un comentario