Una de las cosas con las que más disfruto en esta vida es con sentarme a ver una buena película que me haga reir, llorar, pensar, dejar de pensar… Antes las veía en pantalla grande, ahora generalmente en pantalla pequeña, en casa y de tarde en tarde, salvo que la película trate de una rata metida a cocinera o similar (también me gustan, todo hay que decirlo), que entonces si que vamos al cine.
Pensando desde cuando y de dónde me venía esta afición al cine, me he acordado de aquellos tiempos (del cuplé, que diría mi padre) en que en la primera (si es que no había otra, aparte de ésta y el UHF!), ponían películas todos los sábados. Y no me refiero a Cine de barrio, triste secuela de un pasado esplendoroso (y al que alguna vez me he enganchado, lo reconozco!!!). Me refiero a aquella “Sesión de tarde” en la que ponían películas de aventuras, del oeste, de guerra, musicales…para disfrutar de la sobremesa en familia. Creo que ahí empezó a gustarme el cine. Ese Errol Flyn vestido de Robin Hood para conquistar a Olivia de Havilland, o Burt Lancaster convertido en la Flecha Negra, o Johnny Weissmuller haciendo temblar a la selva con sus gritos…Mi padre, que había visto las películas en el cine cuando se estrenaron, siempre decía aquello de “esta es de mi época” y se encargaba de entusiasmarme para que las viera con él. Lo que consiguió es que me enganchara para siempre al león de la Metro.


Hubo un tiempo en que también en la tele programaban ciclos monográficos dedicados a…. Me tragaba todas las películas “clásicas” que ponían en estos ciclos de televisión. Así descubrí a Paul Newman, a Audrey Hepburn, a Mongomery Clift, a Katherine Hepburn, a Cary Grant, a Spencer Tracy, a Orson Wells, a Gregory Peck, a Ava Gadner…

Descubrí La gata sobre el tejado de zinc, Vacaciones en Roma, El árbol de la vida, Historias de Filadelfia, La fiera de mi niña, La Costilla de Adán, Sed de mal, Matar a un ruiseñor, La condesa descalza…

De algunas películas tengo escenas muy grabadas, no sabría explicaros por qué. La escena de amor en la playa de Deborah Kerr y Burt Lancaster en De aquí a la eternidad (me parece una de las escenas más tórrida, apasionadas y sensuales de la historia del cine, si no la que más, a pesar de que a ella el bañador le llegaba casi por las rodillas). Los camiones llenos de vainas en La invasión de los ultracuerpos (no sé cuanto tiempo me lleve soñando con las malditas vainas, ni cuanto me duró la obsesión por no dormirme cuando me acostaba; todavía me dan escalofrios al ver la foto). Las conversaciones telefónicas de Doris Day y Rock Hudson en Pijama para dos. La escena en que Marlene Dietrich enseña su cicatriz en Testigo de cargo (que película, que final!).


Y algo más tarde descubrí El ladrón de bicicletas, Blade Runner, El Padrino, Manhattan, 2001 Odisea del espacio, La vida de Bryan, Memorias de África, Cinema Paradiso, Los juncos salvajes, Azul, Rojo, Blanco, Moulin Rouge, La escafandra y la mariposa, Roma, Muerte de un ciclista…y entendí que el cine no era sólo entretenimiento. Y estas son sólo algunas de “mis” películas, que la lista no tendría fin…



Ahora estoy en una etapa algo diferente, y he adoptado el papel que en su día correspondió a mi padre. Y estoy encantada de poderme sentar con Claudia a ver Sonrisas y lágrimas, Siete novias para siete hermanos o Los chicos del coro y que ella se quede embobada delante de la tele como me quedaba yo, y sea capaz de verla 10 veces sin cansarse. Lo siguiente es que vea las de Marisol (no puedo evitarlo, pero es que me encantan y a pesar de tener los años que tengo me sigue gustando cantar las canciones de estas películas y desatar mi vena folcrórico-artística, a cada uno le da por una cosa, y quien esté libre que tire la primera piedra)y ya me veo a su abuela contándole mil y una historias de estas películas y diciéndole que ella tuvo un vestido igualito al que saca una de las gemelas de Marisol rumbo a Río.Ya veréis próximamente mi particular homenaje a las películas de Marisol. Un homenaje de luz y de color...

Si es que me gusta mucho el cine y me da pena no tener ahora más tiempo para ver películas que no he visto y volver a ver las que tanto me gustaron. Habrá que poner remedio.
Y vosotros, ¿tenéis una película favorita? ¿una escena inolvidable? ¿un actor favorito? ¿una actriz admirada?.
No creo que haya en el cine un homenaje más hermoso al propio cine que este. Mil veces que vea esta película, mil veces que lloro con este final…