
De esto:

Y de esto otro:

(como me decía el otro día una amiga, "en casa somos más de crisantemos", genial frase).
Entendedme. No soy nada fundamentalista.Ni para esto ni para otras cosas. Incluso he ayudado a vestirse a una demonia que con tridente incluído quería hacer algo especial en este Halloween (¿contradictoria?). Y es que todo lo que sea conocer, saber, disfrutar de cosas que nos ofrecen otras culturas me parece estupendo. Y en estos tiempos que corren es hasta inevitable porque las fuentes de información y los canales a través de los que nos llega ésta son infinitos. Lo que me incomoda es que unas costumbres desplacen a otras y veamos como propio lo que nos es ajeno y lo propio sea desconocido. Que en todas las grandes superficies cuelguen del techo esqueletos, vampiros y escobas y no haya ni una sola referencia a los "Tosantos". Que montones de niños hayan llamado hoy a alguna puerta al grito de "truco o trato" y otro montón de adolescentes estén disfrutando de una terrorífica noche y ni unos ni otros conozcan el Tenorio. Que los padres (y me incluyo) cedamos ante tanto reclamo puramente comercial y no nos ocupemos de que los niños también conozcan lo que siempre se ha hecho aquí el día de todos los Santos y el día de los Difuntos. Y lo que me resulta igualmente molesto son los excesos,la falta de término medio, encontrarme con lo mismo vaya donde vaya, ¡que estoy saturada de tanta calabaza que se ilumina!.
Reconozco que la fiesta anglosajona tiene a su favor la implicación de los niños y la desdramatización de la muerte, el reirse de esas cosas que habitualmente a ellos y a nosotros nos dan respeto (¡¡¡miedo!!!), y objetivamente esto de los disfraces y los caramelos es más divertido que ir al cementerio a limpiar las lápidas. Pero para mí son días de comer pan de higos,almendras, castañas, nueces, dátiles, orejones, membrillos...(como cuando era pequeña y mi padre llegaba a casa con el cargamento de frutos secos para celebrar el 1 de noviembre), de ver el Tenorio en la tele (este año no lo he conseguido) y de releer "El monte de las ánimas" de Bécquer (mi leyenda favorita, miedito del bueno).
Y digo yo, ¿y si me presento en una fiesta de Halloween vestida de doña Inés? ¿habría alguien que al verme me diera la réplica y dijera aquello de
"Llamé al cielo, y no me oyó,
y pues sus puertas me cierra,
de mis pasos en la tierra
responda el cielo, y no yo"?
Tendré que esperar al año que viene para comprobarlo.
Feliz día de Todos los Santos.
Tanto criticar, tanto criticar y os dejo con un zombie...responda el cielo, y no yo.