miércoles, 1 de diciembre de 2010

Cine patrio

El otro día volví a ver Plácido. De nuevo, un placer. Y como siempre que disfruto con algo me entra la vena investigadora, me puse a ello y me enteré de algo que me puso muy contenta. Plácido fue candidata a los Óscar como mejor película de habla no inglesa. Ese año se lo llevó Bergman, pero ahí estuvo Berlanga, a la altura y más. Me dió mucha alegría porque era la constatación de que también fuera sabían que en España se hacían películas antes de Almodóvar y con el permiso de Buñuel. En realidad hubo otras películas españolas que en aquellos años triunfaron fuera de nuestras fronteras (Bienvenido, Mister Marshall, o Calle Mayor, por ejemplo, que tuvieron su reconocimiento en Cannes y en el Festival de Venecia).



Siempre he sido "consumidora" de cine español. En mi más tierna infancia, acompañada por las películas de Marisol, Rocío Dúrcal, Conchita Velasco (que entonces era Conchita) y toda la serie de temática religiosa-festiva(entiéndase Sor ye-yé, Sor Citröen, Fray Escoba y similares). Y entre película y película de sobremesa-consumo familiar-cine de barrio, algún drama histórico o alguna comedia con los que llorar de pena o de risa con Fernando Fernán Gómez y compañía.

Luego vino la adolescencia y sólo hubo sitio para las comedias americanas de guaperas irresistibles. Pero más tarde crecí, me hice mayor y de nuevo empecé a ver cine patrio, un poco por curiosidad y un poco por hacerme la interesante. Vamos, que al principio lo hice como forma de autoconvencerme de lo adulta que era, para demostrar que había crecido y me había convertido en alguien sofisticado y complejo por ver películas de Almodóvar, Medem y Amenábar. Entonces todas me gustaban porque todas tenían que gustarme, pero no creo que tuviera criterio ni buen juicio, porque me faltaba madurez y sobre todo años de ver y conocer (todavía estoy en ello). Objetivamente hoy me gustan unas más y otras menos.

Y así, entre tanta tontería allá por mis veinte años, la cordura vino a rescatarme y empecé a ver otras películas, algunas que ya había visto, otras que no, que me abrieron los ojos a otro cine español. Películas de hacia muchos años. Películas que hablaban de otra España. Películas con mucho valor en todos los sentidos. Y redescubrí a Berlanga, a Bardem (el de Calle Mayor y Muerte de un ciclista), a Fernán-Gómez director...Genios que suplían con su inteligencia y brillantez las carencias y las limitaciones impuestas por el momento, los medios e incluso aquella cosa tan fea que se llamaba censura y que pesaba en el antes, durante y después de la película. Y aún así se hicieron películas tan luminosas dentro de su amargura y tan amargas dentro de su luminosidad (como Plácido), tan redondas, tan buenas. Bergman, Visconti, Rohmer, Godard, Fellini...etc, etc, etc. Y con ellos, los nuestros, para mí con Berlanga en un puesto de honor.



Estas Navidades quiero ver muchas películas. Tener ratos de sobremesa delante de la tele viendo mucho cine. Me voy a hacer una lista y hay tres españolas que van a estar porque necesito verlas otra vez: El verdugo, Muerte de un ciclista y El extraño viaje.



Berlanga se ha ido con su cine a otra parte. No me cabe la menor duda de que estará en el cielo del imperio austrohúngaro, ¿dónde mejor?. Y quizás allí llegara este lunes Monicelli,el último representante vivo de la comedia a la italiana.Allí o donde estén Marcelo y Vittorio. Monicelli dijo que "El humor es la forma más penetrante de mirar. Un bisturí que va al fondo de las cosas. La comedia a la italiana surgió al contar argumentos muy dramáticos con humor. Nuestra mirada era así. Sarcasmo, ironía". Pura inteligencia. Porque Don Luís y Monicelli eran, además de otras muchas cosas, muy listos. Que cunda el ejemplo.

5 comentarios:

Unknown dijo...

Excelente post, muy completo e interesante como el blog.
Un gran saludo, Oz desde:
http://cinemarcial.blogspot.com/

tienda dolores dijo...

Muerte de un ciclista es una de mis preferidas y que me hables de cine me encanta, porque así me siento mejor (es un buen jarabe para mi emfermedad está que padezco...)

Little Hannah dijo...

Un post increíble! Todos pasamos por esas 'fases cinematográficas', como podríamos llamar. Desde pasar las horas muertas viendo comedias americanas, a la angustia porque llegue el estreno de la nueva película de Amenábar. Y llega un punto en el que el cine clásico te llama y empiezas a conocer auténticas maravillas de la mano de Gary Cooper, Bette Davis... Gran post, Maca!
Un beso grande

Luanova dijo...

me pasa un poco lo mismo...
tuve un prematuro y prometedor inicio con el séptimo arte, me onorgullece decir que mi peli favorita es La Caja de Música , y lo es desde que era una cria de la antigua EGB, pero despues se fue torciendo la cosa y la desidia, falta de tiempo?¿?, de dinero(que el cine para estudiantes era prohibitivo y las descargas aún no estaban explotadas...) se apoderaron de mi avidez....pero no desfallezco...

bsss

Másdelomismo dijo...

El cine patrio actual es una auténtica basura, salvo alguna excepción... y encima tenemos que aguantar que "magníficos" "nuevos creadores" tengan el valor de criticar nuestra historia del cine... ay...

No tengo película favorita, son muchas... El Sur, Los Santos Inocentes, El discreto encanto de la burguesía... yo que sé...


y Berlanga casi siempre está en mi lista... menos por alguna como Plácido que me aburre muchísimo.... pero disfruto mucho con la negra ironía de El Verdugo, o con la trilogía de La escompeta nacional