Érase una vez un pendón de los de verdad, de los buenos, de los históricos, no de esos de vida desordenada, indecorosa y conducta reprochable. Un pendón ganado a los benemerines en la determinante batalla del Salado (1340), por caballeros jerezanos, que como recompensa a su gesta tuvieron el honor de ser depositarios del citado pendón. A partir de este momento el pendón, convertido en seña de identidad de la ciudad y testigo de sus momentos importantes, es custodiado en la Catedral de Jerez hasta que en 1991 el deán de la misma se lo entrega en bandeja de plata al entonces alcalde, Pedro Pacheco.
Aquella pieza histórica pasaba desde ese momento a ser custodiada por la alcaldía. Desde aquel día hasta ahora, la historia del pendón se resume en aquella frase que hizo famosa otro ilustre jerezano: ¿Quién sabe dónde?. El pendón sobrevivió a batallas y gestas pero ha sucumbido a la desidia de quienes tenían que haberlo custodiado en pleno siglo XX y XXI. El pendón ha desaparecido y nadie sabe como ha sido.
Ni el alcalde de entonces, ni las dos alcadesas que vinieron después, ni el personal técnico del ayuntamiento, ni nadie sabe qué ha sido del pendón. Y sí el hecho en sí ya es grave todavía más bochornoso resulta escuchar a unos y a otros dando sus versiones, lanzándose la pelota y limitándose a decir que nunca lo vieron, nunca supieron, nunca estuvo allí. Que lo guardaron en un cajón (muy buen sitio tratándose de una pieza de esa valía y teniendo la ciudad un importante Museo Arqueológico, que dicho sea de paso lleva cerrado cinco años sin que hayan sido capaces de reabrirlo tras su reforma y ampliación), que las cajoneras estaban vacías cuando ellos llegaron, que "el trapo" puede haber ido a parar a la basura...¿pero qué me estáis contando?. Y lo peor es que todas y cada una de esas películas podrían ser ciertas.
La historia del pendón se ha convertido en la comidilla de la ciudad, objeto de chistes, bromas, artículos en periódicos, cartas al director y un largo etcétera que ha hecho que estuviera en el centro de la opinión pública de esta convulsa ciudad en los últimos tiempos. Y eso sin distraer la atención de los muchos problemas a los que se enfrenta Jerez en la actualidad. Si os la he contado es porque creo que esta historia ejemplifica otras muchas. Ya lo he dicho alguna vez por aquí. Lo que más me molesta del mundo es la indolencia, la dejadez, la irresponsabilidad, la falta de interés y sobre todo de vergüenza. No creo que tenga que añadir nada más.
Tengo que darle la razón a alguien que el otro día decía en la tele que España es "berlanguiana". D. Luís García Berlanga, ya sé que hace mucho que está retirado pero después de aquella escopeta que era nacional, bien podría usted atreverse con "El pendón municipal". El título, el guión y los actores de la película ya los tendría. Y no olvide poner al final aquello de "basado en hechos reales". No le quepa duda de que los jerezanos, que somos de naturaleza alegre y hospitalaria, le recibiríamos con alegría. Como a nuestro pendón, cuando aparezca.
PD: Ya sabéis lo que me gusta investigar. Hasta ahora mis pesquisas a lo Poirot sólo me han llevado a una conclusión: El pendón está con el carro de Manolo (Escobar, of course).
jueves, 22 de julio de 2010
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7 comentarios:
Cómo he esperado esta divagación tuya... Chapeau!!!
Que por cierto, cuentan que podremos visitar el Museo a principios de año... Oh la lá!
Lo que está claro para todos los jerezanos es que, no sabemos cuando desapareció el pendón pero si que sabemos que en el ayuntamiento hay una pendona... lo habrá vendido para pagar los sueldos? Se habrá hecho unas cortinas en su ático? Una colcha para la cama? Lo usaría para pagar con él a su guardaespaldas???
Ah ah ah..... ahí queda eso...
Lou.
Me falta un dato... a ver, tu que eres una estupenda investigadora... porque pasó la custodia del pendón de la iglesia a la alcaldía? porque después de tantos siglos de custodia de la iglesia se decide un día que debe pasar a manos "laicas"? querida, creo que ahí podemos encontrar el principio de la respuesta que buscamos....
Cultura y gestión pública son incompatibles, a menos que sea para crear mega museos que puedan inaugurar, cortar la cinta y salir en los medios, y pos supuesto traigan muchos votos!!
¡Oh, que interesante!
Estoy con Nimenos, resulta de lo más sospechoso que la Iglesia cediera algo tan valioso...muy pero que muy sospechoso.
De episodios vergonzantes están los ayuntamientos llenos....y también a mí me sorprende que su custodia pasara de la iglesia a la alcaldía.....
Llamad el eric el belga, que a lo mejor os ayuda a desentrañar el misterio.
es que me ha encantado tu título del blog... y claro... ¡¡¡a leer toda interesada!!!! jajajajjajajajaja
Lo que aprendemos contigo!
besos
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