Raro, raro, raro

Así ha sido mi puente de mayo. De pseudoreclusión por obligación y por devoción.Tenía planes tranquilos para estos días y pensaba aprovechar para darle un buen empujón a algunos de los experimentos que en una semana tienen que estar camino de Bilbao (cada ves está más cerca!!!). Como además Jerez iba a estar sitiada por las motos, la experiencia me decía que como en casa en ningún sitio. Eso sí,pensaba tener también momentos de respiro en los que disfrutar de la familia,de la primavera y hasta de la motorada.

Lo que iban a ser unas jornadas muy caseras se convirtieron en días completos encerradita en casa. Mi puente no empezó el viernes sino el jueves, cuando me desperté con 38 de fiebre y un mal cuerpo de los de hoy no me puedo levantar. A mi alrededor algunas voces de alarma: Gripe porcina, gripe porcina!!! Dangerous! Pero que gripe porcina, ni que yo acostumbrara a pasar los fines de semana en Cancún. Un diagnóstico más sencillo, menos alarmante y además 2x1: Amigdalitis y otitis. Hacia mucho tiempo que no tenía un dolor tan fuerte de oídos y garganta,supongo que conoceréis esa sensación de ver las estrellas cada vez que tragas saliva...



La fiebre se fue pronto, pero todavía hoy colea el dolor.Como os imaginaréis, metida en casa y con mi mesa de trabajo llena de bolas, cadenas, lazos, encajes,flores de fieltro...la factoría humana LBdM, que diría alguna, no podía parar y ha estado produciendo sin prisa pero sin pausa estos cuatro días. Mis alicates y yo, yo y mis alicates hemos disfrutado de muchos momentos en la más estricta intimidad.



Tengo la mesa de comedor del salón invadida por collares, pulseras y algunos pares de pendientes que os enseñaré en cuanto pueda.

También ha habido momentos de respiro, con dos salidas estelares dentro de mi reclusión. Una noche a ver Falstaff(ni dolor de oídos, ni dolor de garganta, ni nada de nada me iban a dejar en casa después de tener la entrada comprada desde ni me acuerdo cuando). Creo que no os he contado que los días que vamos a la ópera casi siempre acabamos tomando algo en un bar del centro de Jerez, la Cruz Blanca, de lo más recomendable. Me gusta mucho ir a este sitio el día de la última representación, porque los cantantes y la gente del teatro se reúnen allí para cenar, a modo de despedida. Siempre que los veo no puedo evitar sentir cierta fascinación. Personas muy grandes capaces de emocionar con su arte. Personas normales, tomándose una cervecita, en vaqueros y algunos sin haberse quitado el maquillaje.Interesante dualidad.



Mi otra salida, para ver otro espéctaculo (bochornoso en mi caso): El Madrid-Barcelona. Otra reunión social del más alto nivel. Me declaro madridista, aunque hoy podría ser motivo de vergüenza. En realidad no me gusta el fútbol, pero si esas reuniones que se organizan en torno a un partido decisivo de la selección, de la liga...El fútbol es la excusa y lo de menos. Mi Madrid fue vapuleado justamente, pero hay que estar a las duras y a las maduras. Por cierto, parece que el año que viene el Real Madrid y el Barcelona van a tener que desplazarse por estos lares para jugar con el Jerez CD, que sigue líder e imparable en Segunda.

Y el puente terminó ayer que fue el día de la madre. Regalos. Algunos de los que no se ven pero se sienten, los mejores. Otros de los que se pueden enseñar. Claudia y Pablo no leen el blog pero tienen espías que me leen y me conocen demasiado bien. Un libro muy recomendable.



Como veis han sido días tranquilos,con algún imprevisto en forma de infección bacteriana, recuperándome y sin sufrir los efectos de la motorada. No sé si porque he salido menos a la calle o porque ha habido una mejor organización, pero tengo la sensación de que en Jerez se ha vivido el fin de semana de "las motos" con toda la intensidad pero sin las molestias y los problemas de otros años.

Y porque madre no hay más que una y a los demás os he encontrado en la calle, para la mía y todas las mamás del mundo mundial.