
Aquella pieza histórica pasaba desde ese momento a ser custodiada por la alcaldía. Desde aquel día hasta ahora, la historia del pendón se resume en aquella frase que hizo famosa otro ilustre jerezano: ¿Quién sabe dónde?. El pendón sobrevivió a batallas y gestas pero ha sucumbido a la desidia de quienes tenían que haberlo custodiado en pleno siglo XX y XXI. El pendón ha desaparecido y nadie sabe como ha sido.
Ni el alcalde de entonces, ni las dos alcadesas que vinieron después, ni el personal técnico del ayuntamiento, ni nadie sabe qué ha sido del pendón. Y sí el hecho en sí ya es grave todavía más bochornoso resulta escuchar a unos y a otros dando sus versiones, lanzándose la pelota y limitándose a decir que nunca lo vieron, nunca supieron, nunca estuvo allí. Que lo guardaron en un cajón (muy buen sitio tratándose de una pieza de esa valía y teniendo la ciudad un importante Museo Arqueológico, que dicho sea de paso lleva cerrado cinco años sin que hayan sido capaces de reabrirlo tras su reforma y ampliación), que las cajoneras estaban vacías cuando ellos llegaron, que "el trapo" puede haber ido a parar a la basura...¿pero qué me estáis contando?. Y lo peor es que todas y cada una de esas películas podrían ser ciertas.
La historia del pendón se ha convertido en la comidilla de la ciudad, objeto de chistes, bromas, artículos en periódicos, cartas al director y un largo etcétera que ha hecho que estuviera en el centro de la opinión pública de esta convulsa ciudad en los últimos tiempos. Y eso sin distraer la atención de los muchos problemas a los que se enfrenta Jerez en la actualidad. Si os la he contado es porque creo que esta historia ejemplifica otras muchas. Ya lo he dicho alguna vez por aquí. Lo que más me molesta del mundo es la indolencia, la dejadez, la irresponsabilidad, la falta de interés y sobre todo de vergüenza. No creo que tenga que añadir nada más.
Tengo que darle la razón a alguien que el otro día decía en la tele que España es "berlanguiana". D. Luís García Berlanga, ya sé que hace mucho que está retirado pero después de aquella escopeta que era nacional, bien podría usted atreverse con "El pendón municipal". El título, el guión y los actores de la película ya los tendría. Y no olvide poner al final aquello de "basado en hechos reales". No le quepa duda de que los jerezanos, que somos de naturaleza alegre y hospitalaria, le recibiríamos con alegría. Como a nuestro pendón, cuando aparezca.
PD: Ya sabéis lo que me gusta investigar. Hasta ahora mis pesquisas a lo Poirot sólo me han llevado a una conclusión: El pendón está con el carro de Manolo (Escobar, of course).