Como ser mujer (trabajadora) y agotarse en el intento

6:30. Suena el despertador. Me levanto y pongo en marcha algunas cosas antes de irme. Recoger ropa del tendedero, poner una lavadora, preparar cosas de los niños…Corriendo a la estación a coger el tren (siempre con prisas porque llegar cinco minutos más tarde de la hora habitual supone no encontrar aparcamiento). Subo al tren. 50 minutos de viaje, 10 minutos caminando y llego a mi lugar de trabajo. Los días que cumplo rigurosamente con mi media jornada llego de vuelta de trabajar sobre las cinco de la tarde. Y entonces comienza mi otra ruta. Extraescolares de los niños. Dependiendo del día puedo comer en casa, fast food casero en 15 minutos, que uno de los niños sale de su clase a las 17:15 y el otro entra a esa hora. Si no llego con tiempo…¡estupendo! ¿ almuerzo a las 17:30 en forma de palmera de chocolate mientras merienda el niño que está en el descanso de las extraescolares?. Y a seguir. En los intermedios aprovechar para resolver algunas cosas pendientes: Comprar aquello que se agotó, ir por el regalo de cumpleaños del próximo viernes, enviar un paquete en Correos… Lunes y miércoles, vuelta a casa a las 19:30. A las 18:00, los martes y jueves. Deberes. Juegos. Baños. Cena. A las 21:30 acostados. Y a partir de ahí, tiempo para mí (¿?). Internet, una película, el Laboratorio, contarnos el día, preparar la comida para el día siguiente, poner algo de orden…imposible acostarse antes de la 1:00, porque además la tensión acumulada tampoco me dejaría.



Se me olvidaba un detalle. Yo disfruto de una maravillosa media jornada y horario flexible. Perfecto para compatibilizar trabajo y vida familiar. Flexibilidad de horarios que se traduce en que algunos días vuelvo a casa en el último tren, el de las 22:10 y otros trabajo mañana y tarde en horario ininterrumpido. No son horas extras, que no os olvidéis de mi media jornada. Es que no había entendido que flexibilidad de horarios es trabajar sin horarios. Es lo que tiene ser investigador en España. Pero de esto mejor no hablo, porque lo mismo se llena el post de comentarios de becarios de alrededor de 40 años que después de 15 o más años disfrutando de esta maravillosa condición ahora y por obra y gracia de los recortes presupuestarios están en la calle. Pero ya digo que la estabilidad y condiciones de trabajo de los investigadores en España en particular y la precariedad laboral convertida en normalidad en general, son otros temas de los que mejor no digo ni mú que entonces si que me enciendo y salgo ardiendo. En realidad no sé de qué me quejo. Afortunada yo que no engroso la lista de parados españoles. Y afortunada yo que puedo decir que las tareas domésticas son compartidas y los roles equitativos.


(ELLA se merece que le dedique un post entero otro día)

Mi opción siempre fue ser mujer trabajadora. Madre trabajadora. Mis abuelas tuvieron 10 y 6 hijos. Yo dos. Mis abuelas nunca trabajaron fuera de casa. Yo sí. Yo he disfrutado de las ventajas de la liberación de la mujer. Entonces , ¿por qué tengo la sensación de haber perdido muchas cosas en el camino? ¿Por qué cada vez me cruzo con más mujeres hartas de su situación laboral a pesar de ser magníficas profesionales, formadas, preparadas, cualificadas y que trabajan en algo “que les gusta”? ¿Qué falla? ¿Acaso nos hemos vuelto unas "blanditas"? ¿En qué momento nuestros logros se volvieron contra nosotras?. Y sí, soy madre trabajadora pero no soy de las que se tortura y se siente culpable por no pasar tiempo con sus hijos. No me machaca la sensación de que ellos se estén perdiendo a su madre, al contrario me puede el egoísmo de todo lo que me pierdo yo. Tiempos modernos. Va a tener razón Mafalda cuando dijo que la vida moderna tiene más de moderna que de vida.



Mi derrotismo de hoy no me los tengáis en cuenta. Estoy como el día. El “nublao” lo tengo encima. Son reflexiones y pensamientos que me vienen y van sobre todo cuando asumo mi papel de ratita presumida escoba en mano. Porque eso sí, a ratita presumida no me gana nadie. Y mientras limpio el polvo, la cabeza sigue a su ritmo pensando y pensando. Mujeres liberadas, espero que hayáis disfrutado del día de la mujer trabajadora.